martes, 26 de junio de 2012

Sorpresas aladas


El pasado fin de semana pude detectar en un humedal de Marbella la presencia de ejemplares de 2 especies, que no esperaba encontrar en estas fechas ya veraniegas, y que por lo tanto se podrían considerar como  “sorpresas” ornitológicas.
La primera de ellas fue un ejemplar de Martinete común Nycticorax nycticorax, una garza de mediano tamaño y hábitos preferiblemente nocturnos, que presentaba un comportamiento un tanto confuso. Salió de entre un cañaveral y recogió una rama que se llevo de nuevo al interior. Esto podría indicar que tenía el nido allí, cosa bastante extraña ya que este Ardeido solo cría de manera habitual en la provincia, en la laguna de los Prados en Málaga, aunque se sospecha de la reproducción de alguna pareja aislada en el rio Guadalhorce. Por lo tanto sería una cita bastante relevante, si se confirma la cría, ya que en las últimas décadas no se habría reproducido asiduamente en nuestro término.
Pero no acabaron ahí las sorpresas. Inmediatamente después de el avistamiento del Martinete, pude observar claramente a un ejemplar de Calamón común Porphyrio porphyrio, otra ave cuyas observaciones en Marbella suelen ser escasas y siempre en época de invernada. La presencia de este Rallido en este humedal no presupone que se reproduzca en él, pero siembra la duda en el naturalista, al encontrarse en un lugar y fecha que puede llevar a la confusión. En otras ocasiones que he detectado a la especie en humedales cercanos, nunca he podido confirmar la cría, pero con las aves nunca se sabe y pudiera darse el caso, raro pero no imposible, de que llegue a criar.
Dos observaciones que obligan a estar atento sobre el comportamiento de estos insignes y ocasionales visitantes estivales, que generalmente sólo nos visitan durante la invernada y siempre en escaso número.

sábado, 23 de junio de 2012

Oropéndola: el color del bosque de ribera


La Oropéndola Oriolus oriolus es una de las más bellas representantes de la avifauna ibérica. El macho presenta unas tonalidades amarillas muy llamativas, mientras la hembra es de un color verdoso más discreto.
A pesar de ser una de las aves que llegan más tarde desde el África tropical, a estas alturas ya tienen descendencia y en el caso observado hoy, los jóvenes ya se encontraban fuera del nido. Suelen llegar a finales de abril o primeros de mayo e inmediatamente se ponen manos a la obra en las tareas reproductivas.
Es un pájaro muy ligado a los cauces fluviales con vegetación de ribera. Estos se encuentran actualmente muy degradados o han sido eliminados directamente por la mano del hombre, por lo que es cada vez más difícil encontrar a estas bonitas aves en Marbella. Aunque a nivel nacional no presenta serias amenazas, en nuestro término si que he notado una notable disminución de efectivos en los últimos años, por lo que he dicho anteriormente: escasez de hábitat adecuado.
Pueden pasar desapercibidas a los observadores poco expertos ya que son discretas y no se dejan ver fácilmente al descubierto. El bosque de ribera suele ser muy tupido y la Oropéndola apenas si baja al suelo, siendo más fácil detectarlas por su aflautado canto que por otro medio.
Para mi es una de esas especies de las que espero su llegada con cierta impaciencia, ya que son escasas, bastante difíciles de fotografiar e incluso de disfrutar de una buena observación, pero de llamativo colorido y belleza. En septiembre ya se marcharan de nuevo a sus cuarteles de invernada y dejaran de llenar con sus cantos y su llamativa librea los bosques de ribera de Iberia.

sábado, 16 de junio de 2012

Avetorillos en Marbella


En los escasos humedales que en Marbella presentan una cobertura de vegetación palustre aceptable, he podido localizar en los últimos días a varios ejemplares de Avetorillo Ixobrychus minutus. Estas pequeñas garzas están recuperándose lentamente de un fuerte declive poblacional que en décadas anteriores llegó a hacerlas muy escasas. Las causas de este declive fueron la desaparición o alteración de las masas de vegetación palustre, a la que el Avetorillo se encuentra muy ligado. En ellas se mueve y busca alimento; peces, ranas y cualquier animalillo que se ponga a su alcance constituye la dieta de este habitante de las zonas húmedas.

Desde hace unos años su presencia es cada vez más frecuente como reproductor en nuestro término y este año lo he localizado en al menos tres humedales de Marbella. Además también últimamente se está detectando la presencia de algún ejemplar invernante, convirtiéndose así en un ave que puede verse durante todo el año. Pero no es fácil de localizar a este merodeador de los eneales y carrizales, ya que es mayoritariamente de hábitos crepusculares y nocturnos y por lo tanto difícil de detectar durante el día en su intrincado hábitat natural.

Es un migrador transahariano que llega a la península en abril-mayo y se establece en un territorio para llevar a cabo la cría, aunque como he mencionado con anterioridad, algunos ejemplares se quedan en algunos puntos del sur ibérico a pasar el invierno. Es la única garza que cría en nuestro término y además parece que en número aceptable, teniendo en cuenta las actuales circunstancias que afectan de manera negativa a su singular hábitat.

miércoles, 6 de junio de 2012

Son multitud


Llegados ya a estas alturas del año uno de los mayores atractivos que nos ofrece salir al campo es la masiva presencia de aves jóvenes. La migración está casi llegando a su fin y el periodo reproductor centra ahora la actividad de los seres alados.
 Los fringílidos (jilgueros, verderones, verdecillos, etc) campean por todas partes acompañados por sus crías que les solicitan alimento de manera insistente, aunque algunos -los más adelantados- ya se ven agrupados en pequeños bandos o en solitario, totalmente independizados.
Su primer plumaje es muy discreto, muy distinto al de sus progenitores, lo que les hace pasar más desapercibidos ante posibles depredadores. Y es que estos jóvenes tienen muchos enemigos que intentan aprovecharse de su poca experiencia vital para capturarlos; casi todas las rapaces son sus peores enemigos, aunque las de pequeño tamaño como los Cernicalos son las que más los acosan. Muchos no llegaran a adultos pero su gran número garantiza la supervivencia de una importante fracción de ellos que el próximo año ya serán adultos capaces de reproducirse.